Una extraña misión.

Buenas noches.
hace un tiempo atrás fui citada casi sin explicación para que fuera a Mexico. Ahí llegue, la dirección me guió a un auditorio, habían muchas personas, mas bien creo que eran todos vampiros, pero eso no importa en este momento.
Luego de esperar unos cuantos minutos casi eternos por la impuntualidad se dirigió a nosotros un hombre alto, con capa, Rubio y con anteojos oscuros, nos dijo que nos probaría, ya que solos los mejores estarían en su misión. Logre pasarla, y unas cuantas personas mas que estaban en el lugar.
Cuando el grupo que se formo por el triunfo de esa prueba, esperábamos que se nos asignara nuestra misión, se nos comunico que el señor Darken (el hombre que describí anteriormente) había desaparecido.
Se nos dio una nueva misión, la de encontrar una niña la cual se vinculaba con la desaparición del señor Darken.
El señor Byron, una persona que se nos unió después, era él con más ancias de encontrar a la niña.
La buscamos por un tiempo, y la encontramos, después de verla me era imposible pensar en que esa niñita podía tener relación con la desaparición de el señor Darken.
Se veía tan tierna, Josette y yo de inmediato tomamos partido por la niña, no podían llegar y atacarla como bárbaros que son, debía tratarla con cuidado, era una niñita.
Los demás propusieron una prueba, que matara a uno de los agentes de X, y si no pasaba la prueba, Lucifer, una de las toreadores antitribu procedería a torturarla para obtener información. Josette no quiso estar presente y se retiro, yo me quede para que no le pasara nada malo a la niñita. Luego de esperar la niña hiso lo que se le pidió, mató al agente X, aunque aun la mayoría de los hombres era reacio en aceptarla.
Las niñas casi la aceptaron de inmediato, y un tipo que me pareció casi un milagro que defendiera a una adorable niña, me refiero al bárbaro, mal educado, machista de Raphael de Castilla.
Así nuestra misión paso a ser, defender a la niña, la cual se llama Arian, de la Inquisición del Sabbat, y de cualquier potencial enemigo.
Así conocimos al señor Duncan, él que nos pedía que le entregáramos la niña que le pertenecía. Pero la defendimos con todas nuestras fuerzas.
Bueno, creo que ya ha sido bastante por hoy.
Hasta pronto.